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Entrevista a la Dra. Pilar García Alfonso

Abr 10, 2014

Entrevista a la Dra. Pilar García Alfonso, Jefa de Oncología Médica del Hospital Universitario Gregorio Marañón.

Usted es experta en cáncer colorrectal, uno de los de mayor incidencia en la actualidad y que se espera siga siéndolo durante los próximos diez años. ¿Logrará frenarse el avance de este tumor? ¿A qué retos se enfrenta el tratamiento de esta enfermedad?

El cáncer colorrectal (CCR) representa el tumor  más  frecuente en nuestro país y la segunda causa de muerte por cáncer. Ello se debe a la escasa implantación de las medidas  de cribado o detección precoz. Estas cifras contrastan con la alta tasa de curación si es diagnosticado a tiempo, ya que puede curarse en el 90% de los casos si se detecta precozmente. La implantación del cribado en España ha sido lenta y “perezosa” por lo que surgió la Alianza para la Prevención del CCR constituida por 15 entidades (científicas, de pacientes y ONGs),

que tiene como objetivo fomentar y divulgar la importancia del cáncer de colon y promover las medidas encaminadas a su prevención y detección precoz. En este sentido es necesario que las pruebas diagnósticas de detección precoz se implanten dentro de los programas de salud pública de cribado y vayan dirigidas a la población de riesgo medio: mayor de 50 años y sin antecedentes personales ni familiares de neoplasias colorrectales. Se calcula que con el cribado se pueden detectar el 30-35% de los tumores, lo que evitaría más de 3.600 muertes al año.

Por otra parte se ha producido un importante avance en el diagnóstico del  CCR “genético” lo que está permitiendo aconsejar a las familias de alto riesgo las estrategias adecuadas de diagnóstico precoz.

Independientemente de la importancia del diagnóstico precoz hemos avanzado mucho en los últimos años. Los tres hitos más importantes han sido la incorporación de nuevos fármacos que han incrementado la supervivencia con una mediana de 24 meses o más, la cirugía de las metástasis hepáticas que permite la curación de la enfermedad metastásica o en su defecto largas supervivencias y la utilización en la práctica clínica de un factor predictivo de respuesta a los anti-EGFR como es el K-ras.  Uno de los retos más importantes es encontrar factores predictivos que nos ayuden a seleccionar los tratamientos evitando así tratamientos de bajo “rendimiento” y el consumo de recursos que suponen.

¿Es efectiva la detección precoz en cáncer de colon?

La detección precoz es muy eficaz ya que el diagnóstico en estadio inicial cura el 90% de los pacientes. Los métodos de cribado son la sangre oculta en heces por test inmunológico seguido de colonoscopia si el test es positivo. Este método es más costo-eficaz que el cribado de cáncer de mama o el de próstata. El mayor obstáculo es la participación ciudadana y poseer la infraestructura para la realización de las colonoscopias.

El cáncer ya es un ‘viejo conocido’ de la sociedad española, durante estos años se han superado tabúes y el desconocimiento. Pero, ¿sigue la población teniendo miedo a la palabra ‘cáncer’?

Se ha avanzado mucho en la actitud de la población ante la palabra cáncer, pero no todo lo necesario, ya que sigue equiparándose a enfermedad mortal sin opciones curativas. Una iniciativa muy interesante ha sido el lema promovido por El Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) y la Asociación Nacional de Informadores de Salud (ANIS) ¿Cómo vas de lo tuyo? Lo mío se llama CÁNCER, en el que se hace un llamamiento a la sociedad para normalizar el cáncer y hacer un buen uso de la palabra. Frases tan cotidianas como esta –“¿Cómo vas de lo tuyo?”– hieren la sensibilidad de los pacientes. Se tiende a pensar erróneamente que es mejor no utilizar la palabra cáncer y a tratar la enfermedad como algo propio de la persona afectada. Ante esta pregunta la mayoría de los pacientes responderá un lacónico “bien” o en otros casos “mal”, pero no permite profundizar y expresar abiertamente cómo se sienten.

En cualquier caso hay que reconocer que se ha producido un importante cambio social y ya es habitual en personas “públicas y famosas” reconocer abiertamente que tienen un cáncer, y que esperan superar la enfermedad sin tener que retirarse de la vida pública.  Como bien es sabido el primer paso para superar un problema es poder expresarlo abiertamente y creo que hemos iniciado ese camino.

¿Están relacionados los hábitos de vida poco saludables con los tumores gastro-esofágicos? ¿En qué medida?

Al igual que en la mayoría de los cánceres en general y sobre todo los gastrointestinales existe una relación entre cáncer gastro-esofágico y el tabaquismo y la dieta rica en nitrosaminas. En los últimos años se ha observado una disminución del cáncer gástrico clásico y un aumento del cáncer de la unión gastro-esofágica, este último más relacionado con la obesidad y el reflujo y menos con la infección por helicobacter pylori. También se ha avanzado mucho en el reconocimiento de los casos hereditarios y los criterios de diagnóstico y de cirugía radical profiláctica. Por todo ello es muy importante la presencia de las Unidades de Consejo Genético en los servicio de Oncología Médica.

¿Cómo ve el futuro del tratamiento del cáncer?

Es previsible el incremento en el número de casos ya que el envejecimiento progresivo de la población aumenta  en potencia el número de cánceres. Es obvio que cada vez diagnosticamos los cánceres en estadios más tempranos favoreciendo la curación por cirugía. Respecto a la “cronificación” de la enfermedad es un objetivo que vamos consiguiendo lentamente. Cada vez más vamos consiguiendo largos supervivientes  en tumores que clásicamente eran de muy mal pronóstico. El mejor conocimiento de la biología del cáncer y la identificación de factores predictivos nos permitirá ir incrementando la supervivencia de determinados subgrupos de pacientes. Sin embargo, hay que reconocer que todavía las supervivencias globales de algunos tumores son cortas y no podemos trasmitir mensajes demasiado triunfalistas a la población que genere altas expectativas.

España y los oncólogos españoles han logrado posicionarse como referentes por la calidad de la atención al paciente oncológico. ¿Qué desafíos faltan todavía por alcanzar para lograr la Excelencia Oncológica? ¿Supondrá la crisis una marcha atrás en lo alcanzado hasta ahora?

Estoy totalmente de acuerdo con el elevado nivel de la Oncología médica española a nivel europeo y mundial. El nivel clínico asistencial es muy alto y nuestros pacientes reciben los mejores tratamientos en los tiempos adecuados, ya que los oncólogos médicos nos caracterizamos por no permitir lista de espera para pacientes nuevos ni retrasos en los tratamientos. Esto nos lleva a una importante presión asistencial que en ocasiones nos ahoga para el desarrollo de otras atribuciones como oncólogo. Sobre nuestro arsenal terapéutico, basado clásicamente en la quimioterapia se ha añadido la terapia biológica, que habitualmente no requiere tanta complejidad en su administración como la quimioterapia y posee en general menor toxicidad aguda a supervisar. Este importante avance puede estimular a otras especialidades a protagonizar el tratamiento del paciente oncológico, al percibir a estos nuevos tratamientos como terapias “sin toxicidad”. En este sentido es importante que la Oncología médica mantenga su liderazgo como “médico responsable y de referencia” del paciente oncológico con un abordaje global de su enfermedad dirigido a incrementar la supervivencia con la mejor calidad de vida. Otro problema de esta nueva etapa terapéutica es el elevado coste de estos fármacos que nos obliga a evaluar su beneficio clínico y a identificar marcadores predictivos para definir los pacientes que pueden conseguir una mayor rentabilidad terapéutica. Todo ello tendremos que conseguirlo manteniendo la equidad entre los pacientes de nuestro ámbito y entre las distintas comunidades de nuestra geografía.

Desde un punto de vista docente la especialidad de Oncología Médica está bien considerada y obtiene sus objetivos formativos, aunque está claro que nuestros residentes necesitan un año más de formación y ampliar sus conocimientos en oncología traslacional. La formación pregrado va aumentando lentamente, aunque necesitamos más presencia a este nivel, ya que la formación en Oncología Médica no siempre está en manos de los oncólogos.

En lo referente a la investigación es bien conocida la elevada calidad a nivel clínico, con el desarrollo de unidades fase I en muchos grandes centros en los últimos años. La investigación traslacional también va lentamente desarrollándose, pero está claro que requiere de alianzas para potenciar sus resultados

Entrando en el plano personal, ¿qué le llevó a estudiar Medicina y desde cuando supo que quería dedicarse a ella?

No tengo en mi familia médicos que me llevaran por este camino, sin embargo, desde niña tuve claro que era la profesión más apasionante que se podía ejercer y era claramente la mía. La medicina aunaba el conocimiento de la biología humana y la relación personal con el  paciente, que hace que cada paciente y cada proceso clínico sean distintos a otros. A lo largo de la vida he tenido dudas sobre algunas decisiones que he tomado pero nunca he dudado de mi vocación por la medicina. Incluso a estas alturas de la vida, me sigue pareciendo muy reconfortante la relación con el paciente y la práctica clínica.

¿Por qué eligió la Oncología cómo especialidad? ¿Dónde fueron sus inicios profesionales y cómo los recuerda?

La Oncología es la especialidad más apasionante que hay en la medicina. Supone un reto social casi parecido a la que fue la tuberculosis en el siglo XIX. Requiere amplios conocimientos clínicos por la variedad de la patología. A lo largo de la evolución de la enfermedad podemos tratar al paciente como un agudo con manejo de UCI pero sin derecho a UCI para evitar las infecciones, hasta una situación de cuidados paliativos sin indicación de tratamiento oncológico específico. Todas estas situaciones clínicas las vivimos con el paciente convirtiéndonos en su médico de cabecera, su psicólogo y su amigo. Conocemos sus anhelos y su sufrimiento y tenemos que intentar ayudarle y consolarle durante todo este camino hacia la curación o hacia la paliación.

Mis inicios profesionales fueron en el hospital Gregorio Marañón, llamado entonces Hospital Provincial de Madrid y mis primeros pasos oncológicos los di en la Oncohematología, en un Hospital en el que se estaban produciendo importantes cambios sociales a favor de una clínica de calidad y del reconocimiento de los derechos de los pacientes. Mi servicio había sufrido una transformación desde un hospital monográfico oncológico, lo que me permitió conocer desde mi primer contacto en la oncología los comités tumorales multidisciplinarios y la importancia de esta forma de trabajo.

La medicina ¿es un “medio” de vida o un “modo” de vida? ¿Es posible separar la vida profesional de la personal?

Evidentemente el motor de nuestra actividad no es el dinero, ya que si calculamos la minuta que recibimos por proyectos en los que hemos trabajado intensamente durante muchas horas el último objetivo es la rentabilidad económica. Si así fuera, nuestra actividad estaría dirigida a otros objetivos. Está claro que nuestra pasión es obtener y alcanzar resultados científicos a preguntas sin responder en la oncología y profundizar en el conocimiento científico. El mayor problema que yo encuentro es que la mayoría de los oncólogos estamos inmersos en amplias jornadas de trabajo que no te permiten atender a tu familia ni a los amigos adecuadamente, por lo que tu vida personal va reduciéndose progresivamente. Aunque como contrapartida tenemos las relaciones personales entre oncólogos que son muy satisfactorias y en las que todos tenemos a muy buenos amigos.

¿Cuáles son sus aficiones? ¿Se consigue sacar tiempo para ellas?

Tengo pocas aficiones y eso me preocupa, porque considero que son primordiales en la vida. Me gusta disfrutar de mi familia y amigos, charlar delante de una botella de un buen vino, leer e ir al cine. Sin embargo, la falta de tiempo y el cansancio de nuestras largas jornadas hace difícil desarrollar estas aficiones y no digamos el deporte que de por sí no me atrae demasiado. Sin embargo, no pierdo la esperanza de introducir el deporte en mi vida y cuidarme más físicamente.

¿Ha renunciado a mucho para llegar su posición actual?

Cuando eres un profesional es una pregunta que casi no te formulas, haces lo que debes hacer, renunciando a una mejor atención de tu vida personal de forma inconsciente. Sin embargo, pertenezco a una generación en la que las mujeres todavía teníamos que demostrar que éramos más trabajadoras y disponibles que los hombres y eso nos hizo renunciar a muchas de nosotras a descansos más prolongados por maternidad o a una atención más adecuada a nuestros hijos, que a pesar de los años que han pasado todavía me duele. Es una tranquilidad comprobar que las mujeres están perfectamente integradas en la medicina y en concreto en la Oncología Médica y como van ocupando puestos relevantes de forma progresiva. Probablemente la historia de la oncología médica de los próximos años se “cuente en femenino”.

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