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Entrevista al Dr. Vicente Guillem Porta

Abr 10, 2014

Entrevista al Doctor Vicente Guillem Porta, Jefe de Oncología de la Fundación IVO (Instituto Valenciano de Oncología).

Acaba de recibir la Alta Distinción de la Generalitat Valenciana al Mérito Científico en un momento en el que precisamente la investigación y la ciencia están sufriendo un recorte de las inversiones.

¿Qué futuro les espera a aquellos profesionales que quieran dedicarse a investigar?

Que duda cabe que estamos en un momento de crisis económica brutal y donde los políticos tienen la mala costumbre de empezar los recortes reduciendo las inversiones en investigación, incluida, por tanto, la biosanitaria. En este contexto podemos decir que el panorama futuro para los investigadores no es nada halagüeño, tanto para los profesionales que se dedican actualmente a la investigación como para los que se quieran dedicar a ella, porque sabemos que una disminución en la inversión provocará una disminución en la cantidad y en la calidad de los proyectos. No obstante no descarto que, por las presiones que estamos haciendo desde todas las instituciones y organismos, podamos conseguir que al menos no disminuya demasiado la dotación presupuestaria para investigación.

¿Cómo se puede ser más eficaz en la lucha contra el cáncer en estos momentos?

Yo creo que la lucha contra el cáncer tiene que pasar por tres patas fundamentales. La primera de ellas es la investigación. Todo lo que sea disminuir la inversión en investigación oncológica conllevará una ralentización en la adquisición de conocimiento y en los avances para luchar contra la enfermedad. En segundo lugar, creo que hay que reordenar la asistencia y desde luego optimizarla. En la actualidad, es difícil comentar ningún tema sin citar constantemente el dinero, y aunque este aspecto no nos gusta a los médicos, no podemos seguir describiendo un mundo sanitario feliz, porque esa no es nuestra realidad. Nuestra realidad es que estamos mal y parece ser que no vamos a mejorar en bastante tiempo. Por tanto creo que es absolutamente necesario a nivel asistencial que se optimicen los recursos que tenemos y creo que el papel del oncólogo debe ser fundamental, consensuando con la administración las pautas a seguir en la sanidad pública. Me preocupa mucho, sobre todo, que puedan reducirse aquellos tratamientos que aumentan supervivencia o que mejoran la calidad de vida de los pacientes. Los oncólogos y todas las instituciones, incluida la Fundación ECO, son los que tienen que velar por la calidad de la Oncología como uno de sus objetivos fundamentales y participar activamente. Y el tercer aspecto que a mí me parece fundamental en la lucha contra la enfermedad es una participación claramente activa por parte de la población. La sociedad se tiene que involucrar de una forma más clara de lo que lo está haciendo y lo debería hacer en dos áreas fundamentales: la prevención que, en gran medida, depende de uno mismo, y el apoyo en la lucha para conseguir una mayor financiación para la investigación y en la optimización de la asistencia. Sociedad, profesionales y administraciones debemos ir juntos en la lucha contra el cáncer. Hay que pensar que una de cada tres personas va a padecer cáncer así que la sociedad debe concienciarse que es necesario su apoyo.

¿En que se concretaría esa reorganización y optimización de la asistencia a la que hace referencia?

Me refiero a una organización asistencial coordinada, desde Atención Primaria hasta especializada, donde haya circuitos de actuación rápida que eviten demoras diagnósticas. Hay pacientes para los que pueden pasar fácilmente seis meses desde el primer síntoma al diagnóstico y eso es inaceptable y debería cambiar, ya que de ello depende su pronóstico. Por ejemplo, en el cáncer de mama, donde se han hecho grandísimos avances y estamos consiguiendo que los pacientes vivan más, el mayor porcentaje de curación no ha venido de los tratamientos, sino del diagnóstico precoz. Cuando yo empecé Oncología era habitual ver a mujeres con tumores de mama de 4-5 centímetros. Ahora vemos los tumores con menos de 1 cm. Antes se curaba el 50% y ahora el 85%. Esto es, en gran medida, gracias al diagnóstico precoz.

¿La universalidad del diagnóstico precoz a todos los tumores es posible?

No, pero en muchos sí. Por ejemplo, en los países occidentales la mortalidad por cáncer de cuello de útero se ha reducido drásticamente gracias al screening. En el caso de cáncer de colon mejorarían mucho los resultados si todas las personas, hombres y mujeres, se hicieran una colonoscopia a partir de los 45-50 años. Te aseguro que fácilmente la mortalidad por cáncer de colon se iba a reducir a la mitad de una forma rápida. Y esto lo estamos extrapolando cada día a más pacientes. Y después, como comentaba anteriormente, sería fantástico que hubiera circuitos rápidos en los que un medico de cabecera o un especialista, a la mínima sospecha de que puedas padecer un cáncer, pudiera enviarte a una unidad de diagnóstico de cáncer, donde de una forma rápida pudieras hacerte un estudio de despistaje, con analítica, TAC, mamografía, etc… Ya hace años que estamos luchando por unidades de este tipo.

¿Qué puede hacer la Fundación ECO en este contexto?

La Fundación ECO, como fundación importante que es dentro del ámbito oncológico nacional, debe sumarse a aquellas instituciones que están reclamando que se potencien las dotaciones presupuestarias para investigación biosanitarias, para conseguir hacer un frente común fuerte y que sea escuchado. Al mismo tiempo, debe velar porque la calidad de la asistencia oncológica en nuestros hospitales no pierda el alto nivel alcanzado en los últimos años.

¿La vista puesta en el futuro hace que veamos el cáncer como una enfermedad crónica?

Me resulta más cada vez más difícil hablar de cáncer en general. Son más de 200 enfermedades distintas, que tienen distinto origen, distinta historia natural, distinto pronóstico y distinto tratamiento. Por tanto es difícil hablar de todas. Pero yo creo que no cabe ninguna duda que hay enfermedades dentro del cáncer que vamos a poder curar, y otras que vamos a poder cronificar. La mortalidad por cáncer ha disminuido de una forma clara a pesar de que los dos factores mas importantes para desarrollar cáncer, envejecimiento de la población y estilo de vida occidental, hacen que la incidencia de la enfermedad vaya en aumento. Estoy convencido que cada vez habrá menos personas que mueran de cáncer.

Usted es jefe del departamento de Oncología de la Fundación IVO. ¿Cómo se trabaja en un hospital monográfico en cáncer?

A nivel interno funcionamos como cualquier servicio de oncología del país. Yo creo que la gran diferencia con otros hospitales está en la coordinación interdisciplinar de todas las especialidades. El tamaño del hospital y el que todas las especialidades se dedique exclusivamente al diagnóstico y tratamiento del cáncer, favorece la accesibilidad entre los diversos profesionales. Es importante, por otra parte, que las decisiones diagnosticas-terapéuticas sean colectivas y no individuales, y que los tratamientos sean refrendados por los diversos comités de tumores.

¿Qué opina del trabajo en red entre hospitales grandes y pequeños?

Eso sería lo ideal, pero existen dificultades laborales de índole legal y personalismos que lo dificultan. Para mejorar la asistencia oncológica de un área sanitaria, es necesario centralizar el conocimiento y descentralizar en lo que puedas la asistencia.

La Oncología es una profesión muy exigente, que obliga a una formación continua…

En Oncología lo de hoy es viejo mañana y el oncólogo si no se recicla está muerto, científicamente hablando. Pero esto es lo bonito y atractivo de nuestra especialidad. Dados los grandes avances científicos que se están produciendo en el mundo de la Oncología, estar al día es muy difícil y requiere un gran esfuerzo y dedicación, pero  revisar la literatura, leer los últimos avances y, en definitiva, aprender es maravilloso y si además puedes enseñar los conocimientos adquiridos, mejor.

A parte de esta puesta al día continuada, ¿se es médico las 24 horas al día?

Sin duda, afortunadamente así es. Pero aunque nuestras jornadas laborales son muy intensas, con muchas reuniones vespertinas o en fines de semana, revisión de la literatura científica para estar continuamente actualizado o preparación de ponencias fuera del horario laboral, eso no es ningún problema. Somos unos privilegiados. No creo que nadie pueda estar más satisfecho o más gratificado en la vida que un médico. Recibes “premios” todos los días de los pacientes, y si encima has ayudado a curar a una persona con una enfermedad mortal o a paliar el sufrimiento de un paciente terminal, es difícil pensar que existe una satisfacción mayor. Creo, sinceramente que muchos médicos pagaríamos por poder realizar el trabajo que hacemos cada día.

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