Entrevista al doctor Enrique Grande, jefe del servicio de Oncología y director de área de investigación del MD Anderson Madrid. Miembro asociado de la Fundación ECO
Tras más de una década trabajando en el Hospital Ramón y Cajal, ¿qué le impulsó a dar el salto a la sanidad privada?
Fue la oportunidad de liderar un proyecto de reconocido prestigio a nivel internacional que se implantaba en Madrid. El Hospital MD Anderson Houston es el número uno del mundo en cáncer y tenemos la suerte de que haya una franquicia en nuestro país.
Lleva aproximadamente algo más de un año como jefe de servicio de Oncología del MD Anderson Madrid, ¿qué balance hace?
La verdad es que ha sido un año muy intenso y de adaptación a todos los niveles. He pasado de la sanidad pública a la medicina privada, de un entorno netamente español a un entorno internacional, de un perfil de paciente de seguridad social a un perfil de paciente de sanidad privada… Además de asumir no sólo la gestión del servicio de Oncología, sino también la dirección de la parte de investigación clínica del hospital. El balance es muy positivo y lo volvería a hacer 100 veces.
Desde su punto de vista, ¿Cómo es la relación de la sanidad privada con la sanidad pública?
La sanidad privada es muy necesaria y complementaria a la sanidad pública, pudiendo coexistir ambos sistemas en un mismo lugar. La sanidad privada, por ejemplo, puede solventar la acumulación o masificación de la sanidad pública en determinados contextos o situaciones puntuales. Son tantos los pacientes que se atienden en la sanidad pública que hacen estallar las costuras y es aquí cuando la sanidad privada puede atenderlos en tiempo y en forma adecuadas.
Por poner otros ejemplos, el acceso a las medicaciones en el caso de la sanidad privada es más rápido. Cada vez que un fármaco se aprueba directamente pasa a la cartera de servicios de las distintas compañías de seguro. Y este concepto de agilidad es aplicable a otros ámbitos: desde las pruebas diagnósticas, las pruebas de seguimiento, las técnicas de imagen hasta el acceso a los profesionales sanitarios. En este sentido, la flexibilidad que te permite la sanidad privada es mucho mayor que en la sanidad pública en determinadas ocasiones.
¿Qué aportan centros como el MD Anderson Madrid a nuestro sistema sanitario?
Un centro monográfico de cáncer aporta un plus al paciente oncológico porque todos los profesionales del centro (médicos, cirujanos, enfermeros, auxiliares, personal de cuidados paliativos, etc.) están por y para los pacientes con cáncer.
¿Cree que es posible la creación de centros monográficos en cáncer en España dentro de la sanidad pública?
Es una idea que he defendido siempre. Siento envidia cuando viajo a países que tienen centros monográficos de cáncer públicos, como Alemania, Estados Unidos, Suecia o Dinamarca. Cada vez necesitamos más especialización a la hora de tratar los tumores, cada vez la investigación clínica es mucho más exigente, cada vez la competitividad con los países del entorno es mucho mayor y esto nos empuja a ser mejores. Desde mi punto de vista, la manera de crecer en el terreno de la Oncología Médica es aglutinando experiencias y, en este sentido, es absolutamente imprescindible generar un centro monográfico de cáncer, o al menos regional. De este modo, la especialización y la atención a los pacientes sería de mucha mayor calidad, la investigación daría un salto cualitativo y cuantitativo enorme en nuestro país y se ahorrarían costes.
¿En qué medida contribuiría a la sostenibilidad de nuestro sistema este tipo de centros?
Al aglutinar pacientes oncológicos, el porcentaje de pacientes que entrarían en un ensayo clínico sería mucho más alto, con lo cual, el gasto farmacéutico se reduciría. Además, el coste de pruebas de imagen, de analíticas, de visitas, al pertenecer a este tipo de ensayos, estaría cubierto en la mayoría de los casos. Los procedimientos y los procesos dentro del hospital estarían mucho más optimizados porque los pacientes estarían organizados en función de protocolos clínicos de actuación, ahorrando, a su vez, gastos de personal sanitario.
Usted también dirige el área de investigación del MD Anderson Madrid. En su opinión, ¿goza de buena salud la investigación oncológica española?
La investigación oncológica española goza de muy buena salud. Está a primer nivel mundial, un paso por detrás de Estados Unidos, pero no nos veo muy detrás de Francia, Alemania o Inglaterra. Envidio la financiación de esos países, pero no las ideas o la capacidad de investigación. La existencia de grupos cooperativos, como el Grupo Español de Cáncer de Pulmón o el Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama, es un plus tremendo con respecto a otros países en este sentido.
¿En qué podemos seguir mejorando?
Tenemos que seguir mejorando en el acceso universal a los medicamentos, a las plataformas de diagnóstico molecular existentes y a las pruebas diagnósticas que hacemos a los pacientes, así como dimensionar mejor las plantillas de los hospitales. Otro punto fundamental: la Oncología Médica en España necesita mejorar el reconocimiento social de otras especialidades médicas y quirúrgicas que nos rodean. El diagnóstico de cáncer implica muchas cosas: desde un buen patólogo que haga un diagnóstico histológico, un buen analista de clínico, para ver los marcadores tumorales, un buen biólogo molecular, para ver las alteraciones moleculares, un buen médico nuclear… Una serie de profesionales entre los cuales el oncólogo es imprescindible para tratar un paciente que acaba de ser diagnosticado de cáncer.