La Fundación ECO presenta una hoja de ruta para contribuir a la equidad en el acceso a esta innovación y reducir la incertidumbre respecto a la inmunoterapia
La creación de centros de referencia para biomarcadores y el impulso a la investigación de estos, una de las principales necesidades para asegurar y mejorar la eficacia, efectividad y calidad de la administración de estos fármacos
- “La inmunoterapia es, actualmente, un tratamiento que beneficia mucho a pocos pacientes. Con este plan de actuación a nivel nacional y regional queremos poner de manifiesto la situación actual y las barreras asociadas a la inmunoterapia aplicada a la Oncología y proponer iniciativas factibles que puedan mejorar la calidad del servicio prestado al paciente oncológico” ha señalado el doctor Vicente Guillem, presidente de la Fundación ECO. “Esta hoja de ruta puede integrarse en estrategias o planes de salud con el objetivo de abordar, en términos de política en salud, problemas habituales que afectan a los pacientes con cáncer, profesionales sanitarios, decisores y gestores”, ha añadido.
- Aun representando un cambio de paradigma en el abordaje del cáncer, los expertos han puesto el acento en aumentar la tasa de respuesta a la inmunoterapia ya que, a pesar del gran avance que ha supuesto en el manejo de los pacientes oncológicos, todavía son muchos los que no se benefician de este tratamiento. “Actualmente la tasa de respuesta a tratamientos inmunoterapéuticos es de alrededor del 30% de los pacientes. Tenemos que ser capaces de aumentar esa cifra” ha señalado el Dr. Camps, director de Proyectos Científicos de la Fundación ECO, durante la presentación del documento.
- Medir los resultados, una tarea pendiente
Uno de los principales objetivos que se marca el proyecto es conocer el valor real de la inmunoterapia aplicada a la Oncología, respecto a la quimioterapia. “El principal desafío para la incorporación de la inmunoterapia en la práctica clínica reside en la determinación del valor aportado a diferentes niveles: clínico, calidad de vida relacionada con la salud y económico”, ha señalado Beatriz Perales, Head of Market Access Strategy and Government Affairs de Roche. Por ello, se propone crear un registro de pacientes tratados con esta terapia para conocer los resultados y el uso de recursos. “Es necesario conocer los resultados en la vida real. Un registro de tumores puede darnos claves respecto al gasto de recursos, tanto por parte del hospital como por parte del paciente, resultados de efectividad y seguridad e incluso datos de salud percibidos por el propio enfermo. Esto ayudaría a reducir la incertidumbre, mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes oncológicos”, ha apuntado la doctora Alicia Gil, CEO de Omakase Consulting.
- En esta línea, otra de las iniciativas expuesta ha sido la medición de los tiempos de supervivencia que representa “la medida más importante del impacto del tratamiento. Esto, junto al análisis de la toxicidad nos permitirá medir los resultados en salud tan importantes a la hora de tomar decisiones, para lo que hace falta no solo unos sistemas de información integrados y la implicación del personal hospitalario sino también voluntad política”, ha apuntado el doctor Camps. En esta misma línea la hoja de ruta incluye la necesidad de crear centros de referencia para biomarcadores que aseguren la eficacia y la calidad de la administración de estos tratamientos, así como la investigación de nuevos biomarcadores. “En los próximos años, el número de nuevas moléculas inmunoterapéuticas y nuevas indicaciones va a incrementarse considerablemente tanto en monoterapia como en combinaciones. Es necesaria una dotación económica pública para poder aumentar el conocimiento de nuevos biomarcadores”, ha señalado el oncólogo.
- Junto a la medición de los resultados en salud, el conocimiento del valor real de la inmunoterapia y la caracterización de los pacientes según biomarcadores, el grupo de trabajo ha identificado y definido unos objetivos dentro de esta hoja de ruta para implantar en un horizonte temporal de dos años. Entre estos objetivos destacan la definición del proceso oncológico y el equipo multidisciplinar, asegurando la formación en esta terapia a todos los profesionales que formen parte del proceso oncológico, redefinir el funcionamiento de los comités de tumores, lograr equidad en el acceso a una asistencia de calidad, – mediante la creación de redes que atiendan a sectores de población de 1,5 a 2 millones de habitantes- y el pago por valor, para lo que proponen pagar por respuesta, duración de respuesta y toxicidad y por resultado según indicación.